El blogger de ZDNet Steven J. Vaughan-Nichols recuerda que en un tiempo, el lanzamiento de una nueva versión de Debian era una importante noticia en los círculos linuxeros. Y asegura que aún lo es, pero la verdad es que su “pequeño hijo”, Ubuntu, es quien cada vez más gana los titulares. La razón es que Debian se ha ido perfilando como una distro para fanáticos, mientras que el resto intentó ser cada vez más amigable con el usuario.
Cuando miro las características del nuevo Debian, me doy cuenta por qué aunque sigue siendo popular como bloque de construcción de otras distribuciones Linux, ya no es tan importante como solía. Por ejemplo, las distribuciones Debian por defeto no incluirán ningún archivo binario de firmware propietario. Y aunque esto lo hará popular entre los fans del software libre que se resisten a morir, los usuarios que solo quieren utilizar su hardware wi-fi y obtener lo máximo de sus tarjetas gráficas no estarán felices.
Si, como es probable, usted tiene problemas de hardware al usar una PC o laptop con gráficos de alta gama, la instalación de Debian lo alertará del problema. Lo cual es bueno, pero por rutina no descargará automáticamente de la web el firmware faltante. Entonces, usted tendrá que detener la instalación para conseguir ese firmware desaparecido en acción, que será un firmware Debian no libre u el que provea el fabricante.
Esto es factible si uno es un usuario experimentado. Si no lo es, es un dolor de cabeza.
La teoría es que al hacer esto los usuarios enojados demandarán a los vendors de hardware que hagan open source sus drivers de dispositivos o, al menos, que dejen a los desarrolladores Linux escribir los propios para el hardware propietario. Pero en la práctica no funciona de ese modo.
Es verdad, más y más compañías están abriendo sus drivers, como Broadcom, fabricante OEM de equipos Wi-Fi. Pero el verdadero impulsor de esto no fueron los fans del software libre demandando drivers, sino los OEMs amigos de Linux como Dell demandando drivers open-source.
Al hacer esto, todo lo que Debian consigue es satisfacer a su base existente de usuarios de software libre y alienar a los posibles nuevos usuarios. En una similar vena, Debian continua usando Iceweasel 3.5.16, una versión de Firefox sin marca, y Icedove 3.0.11, una versión sin marca de Thunderbird, debido a que la organización Mozilla no dejaría a Debian o a sus usuarios tontear con sus marcas y logos.
Debian aún es importante. Sus desarrolladores han hecho un gran trabajo mezclando y combinando los componentes básicos de Linux y muchos programas open source en la versión más robusta y confiable, que otras distribuciones usan, como Ubuntu y MEPIS. Pero, aunque los programadores Linux continuarán apreciando a Debian, me parece que se está convirtiendo crecientemente en irrelevante para la gran comunidad de usuarios que Ubuntu, Mint, Fedora y openSUSE han traído al mundo Linux.
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