jueves, 9 de diciembre de 2010

Los cables de WikiLeaks también cuentan problemas de TI

Los más de 250.000 cables diplomáticos obtenidos por WikiLeaks y filtrados a cinco medios de comunicación internacionales no sólo han puesto en jaque a la diplomacia internacional. También al mundo tecnológico. Aunque sólo se ha revelado una parte, ya se han divulgado algunos que contienen detalles sobre políticas de tecnología e Internet, prácticas de ciberseguridad y sistemas de TI de los gobiernos de varios países. Los más resonantes son la implicación del gobierno chino en los ataques a Google, la escasa ciberseguridad en Brasil o la fricción de EE.UU. con Alemania sobre el intercambio de información.

Según las estadísticas publicadas en WikiLeaks, hay 9.329 telegramas sobre el comercio y controles de tecnología; 2.553 sobre derechos de propiedad intelectual; 574 sobre la Internet económica y comercial; y cientos sobre la protección de infraestructuras críticas, tecnologías de Internet, procesamiento automatizado de datos, modernización mundial de las TI, y administración de Internet. Muchos de estos documentos han sido catalogados por el gobierno de Estados Unidos como confidenciales y de gran importancia para la seguridad nacional.

Por citar algunos casos que se hacen públicos en estos cables, un general brasileño expresa su preocupación porque el gobierno de su país se está quedando rezagado en proteger sus sistemas informáticos con información clasificada y no clasificada; y acoge con satisfacción la ayuda americana para securizarlos.

En Europa, hay una serie de cables procedentes de Alemania, en los que oficiales del Departamento de Estado muestran su preocupación sobre el partido que lidera la coalición alemana, que está obsesionado con la privacidad de los datos y que no había formado puntos de vista responsables sobre políticas de seguridad a tiempo cuando los terroristas estaban utilizando Internet para reclutar, formarse y organizarse.

También se menciona el cruce de mensajes entre el consejero de ciberterrorismo de la Casa Blanca y el Rey Abdalá bin Abdelaziz al-Saud de Arabia Saudita, quien sugiere que se implanten microchips en los detenidos de Guantánamo como mecanismo de seguimiento de sus movimientos vía Bluetooth, al igual que se ha hecho con caballos y halcones.

Finalmente, y aunque parece que estos telegramas aún no son públicos, también se muestra la evidencia de lo que era un secreto a voces, la implicación del gobierno chino en los ciberataques a Google.

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